Reseña de «Brujas y Nigromantes: Hermandad»
Los que hayan leído alguna de mis reseñas en Libros que voy leyendo sabéis que, por lo general, le tengo un poco de manía a los libros escritos por «influencers», porque suelen ser libros que se anuncian solos, que prometen ser algo rompedor y acaban siendo algo mediocre que se ha hecho para exprimir dinero de una base de seguidores sólida.
En Booktube, el lado de Youtube dedicado a los libros y a la literatura, no es raro ver que el/la dueñ@ de un canal que amasa un buen número de seguidores decide escribir un libro, como si el hecho de tener muchos seguidores y editoriales llamando a tu puerta a diario para que promociones sus libros te diese dotes de escritor.
No obstante, tampoco me gusta generalizar, por lo que decidí darle una oportunidad a este libro, dejándome llevar por la sinopsis y lo chula que es la edición, y me alegro mucho de haberlo hecho.
Nuestra protagonista, Sabele, es una influencer de éxito de 21 años que enseña a sus seguidores en las redes sociales a hacer pequeños ritos mágicos para atraer la suerte, alejar el mal de ojo, etc. Sabele vive en Madrid, en un piso de Malasaña, con sus dos mejores amigas y se está preparando para una prueba mágica para convertirse en aprendiz de la Dama, la máxima autoridad de las brujas españolas, elegida por la propia magia.
Sabele acaba de salir de una relación con un chico, Chacal, con el que llevaba saliendo cuatro años, y, aunque ella está bien, una de sus amigas opina que tiene que encontrar el amor verdadero cuanto antes, y dejarse de posibles rollos intermedios. Gracias a un hechizo realizado por su amiga Ame, Sabele se verá en una cita con Lucas, un chico corriente, que toca la guitarra, al que no le importan los demás en absoluto, y que, según el hechizo de Ame, es su alma gemela. No obstante, según las cartas del tarot de Sabele, este chico será también el fin para su magia.
«Brujas y Nigromantes: Hermandad» está enmarcado en el género de la fantasía urbana, un género que está cogiendo fuerza en el panorama editorial español. Quedan así atrás los tiempos medievales, los castillos y las armaduras: el cuartel central de las brujas está en la misma avenida que el estadio Santiago Bernabéu, nuestra bruja protagonista vive en Malasaña, no usa escoba y tiene cuenta de Instagram y Youtube.
En lo que respecta al mundo presentado en el libro, me ha decepcionado un poco la sinopsis. El resumen de la contraportada me presenta el mundo actual en este mismo momento histórico en el que, además, existen la magia y la nigromancia y su práctica es conocida y aceptada. Sin embargo, esto no es lo que ocurre en la historia. Lo que pasa es que las personas corrientes se han vuelto escépticas: la mayoría de sitios mágicos están ocultos por velos para que la gente corriente no los vea, y los contenidos que pueden encontrarse por internet, como el canal de Sabela, son vistos como paparruchas esotéricas. Aunque existe una institución dedicada a controlar todo lo relacionado con la magia y lo sobrenatural, la Guardia, y existen también unidades para heridos mágicos, todo esto es secreto para la persona media. Esa no era la integración de vida normal y vida sobrenatural que yo me esperaba.
En línea con lo anterior, me ha parecido que el uso de la magia, tanto por parte de las brujas como por parte de los nigromantes, ha quedado muy en segundo plano, o ha tenido un papel mucho más pasivo. Una vez más, me esperaba una magia más integrada con el día y más presente. Es cierto que hay escenas que desbordan magia, y no es como si se usase «con miedo», pero yo esperaba ver más pequeñas cosas, antes que exhibiciones de poder puntuales.
Por último, respecto a la trama romántica de la historia, me ha gustado mucho su desarrollo, en el sentido de que avanza de forma muy natural. No tenemos a personajes amándose desde el minuto uno pero diciéndose que se odian, sino que tenemos a dos personas que no se caen bien, que se tienen mucha manía y que, por causas de fuerza mayor, acaban pasando tiempo juntos y apreciando las cosas buenas del otro más allá de la fachada. Ha sido muy refrescante encontrar un romance «adolescente» que no caía en todos los clichés.
En resumen, ha sido una experiencia muy buena conocer a esta autora y, aunque el libro me ha parecido algo ligero, en comparación a otras historias similares de su mismo tiempo como Las escalofriantes aventuras de Sabrina, me he quedado lo suficientemente contento como para leer la continuación cuando salga.
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