Llevaba bastante tiempo detrás de leer este libro, porque lo vi en su momento cuando llegó a las librerías y, a pesar de que no soy un gran amigo de las distopías, ésta me pareció distinta; no se trataba de la típica distopía, sino que jugaba con un tema conocido, la historia del mago de Oz y Dorothy, y le daba un giro retorcido. La idea me pareció muy original y lo guardé en mi lista de pendientes, hasta ahora.
Antes de abordar la reseña en sí, me parece importante bajar un poco las expectativas de este libro. Aunque el futuro distópico no se ubique en este mundo, sino en otro que todos conocemos, Oz, siento decir que ésta sigue siendo una distopía de manual: la sociedad ha sido destruida/contaminada y solo la/el chica/chico protagonista, que no es especial y tiene una autoestima un poco baja, puede salvarla, con la ayuda de su compañero/a, por el/la que no siente nada al principio pero del/de la cual se enamora al final.
En esta historia acompañamos a Amy a lo largo del distópico Oz. Amy es una chica de 15 años que vive con su madre alcohólica y la rata mascota de la familia, Star, en un parque de caravanas. Debido a las circunstancias familiares de Amy (sus padres se separaron, su padre se fue con su nueva familia, la madre de Amy recurrió al alcoholismo y a las drogas), ésta se ha visto obligada a madurar muy deprisa y a cuidar de su madre. No obstante, Amy tiene claro que no quiere seguir viviendo con ella y lleva ahorrando durante meses para irse lejos de su ciudad natal. Justo cuando Amy toma la decisión de irse, descubre que su madre le ha robado los ahorros y la ha dejado sola en la caravana habiendo avisos meteorológicos por la cercanía de un tornado. Al igual que Dorothy, éste será el medio por el cual Amy llegará a Oz.
No obstante, al llegar allí se da cuenta de que Oz no es como se lo pintaron a ella en cuentos y películas: páramos de hierba seca, árboles marchitos, grandes socavones y máquinas de minería salpican el paisaje. Tal y como irá descubriendo, Oz está muriendo desde que Dorothy se hizo con el poder: obsesionada con la magia, Dorothy se ha propuesto extraerla toda para sí, sin importarle que el país de Oz muera en el proceso de extracción.
Aquí es donde aparece el primer detalle chirriante de la historia. Diversos personajes van explicando cómo funciona la magia en Oz: «la magia siempre quiere ser algo diferente de lo que ya es», usando una frase del libro. En los ejemplos que utilizan, la magia podría compararse con la gravedad, ya que es un campo en el que se encuentra Oz, pudiendo aquellos dentro de ese campo usar la magia. El hecho de que la magia sea algo que imbuye el mundo y que cualquiera pueda usar me ha gustado mucho, ya que enriquece mucho las cosas que los personajes pueden hacer. Ahora bien, resulta que la magia se puede extraer de un punto geográfico, trasladarse y almacenarse. Concretamente, la magia se extrae del suelo, con unas máquinas que la succionan del mismo. Estas dos cosas me han resultado incompatibles y han roto un poco la inmersión en la lectura: dado que entre la aparición de las máquinas y la explicación sobre la naturaleza de la magia hay bastante espacio, esa ruptura de la inmersión se acrecienta durante más tiempo.
Circunstancias de la historia llevan a Amy a unirse la Revolucionaria Orden de los Malvados, una orden de rebeldes que combate a Dorothy y a sus huestes. Dado que ahora los buenos son los malos, los malos se han convertido en los buenos, aunque a Amy le parece difícil asimilar esto. Aquí aparece otro de los aspectos negativos de la historia. Amy ha visto en lo que se han convertido Dorothy, el Espantapájaros, el León Cobarde, el Hombre de Hojalata y Glinda la Bruja Buena. Ha visto que las que antes eran las brujas malvadas ahora quieren combatir a Dorothy y devolver el equilibrio a Oz. Aun así, a Amy le cuesta horrores confiar en las brujas “malas” porque antes eran malas. Detalles como este (hay más) me han hecho ver a Amy como una niña un poco estúpida que tarda muchísimo en entender cómo están las cosas.
Además, la posición de Amy como contraposición a Dorothy (chica de Kansas traída a Oz por un tornado), la convierte en la elegida (una fórmula novedosa nunca vista en las distopías, ¿verdad?) para matar a Dorothy. Aun viendo lo que Dorothy ha hecho, habiendo hecho daño a todo Oz, a Amy le cuesta mucho tiempo y una demostración pública de su crueldad para decidirse a matarla. Es como si una persona fuese enviada al pasado a matar a Hitler y al llegar el momento de la verdad, esa persona dudase sobre si hacerlo o no porque matar está mal. Esa aplicación de la moral me ha resultado hasta forzada.
Por supuesto, no podía faltar el chico que parece que la odia la primera vez que se ven y por el que acaba desarrollando una fuerte atracción que es correspondida contra todo pronóstico.
Incluso con estas cosillas, el libro me ha durado poco tiempo y me gustaría leerme el segundo, Los malvados se alzarán, para ver cómo evoluciona la historia. Como ya nos destripa la sinopsis, antes de que muera Dorothy han de caer sus aliados, por lo que tengo curiosidad también por saber cómo se rellenan los siguientes libros cuando ya se nos ha dicho lo que tiene que ocurrir.
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José María García García | Uses Font-Awesome and Bootstrap | Icons made by Freepik from www.flaticon.com is licensed by CC 3.0 BY