Este libro llegó a mi por una mensualidad de Libreando, una suscripción mensual por la que recibes uno o dos libros de segunda mano presuntamente ajustados a tus gustos literarios y a los rasgos de tu personalidad, asignados a ti por una «selectora literaria» humana, no un algoritmo, en base a tus respuestas en un cuestionario. Antes de entrar a la reseña voy a comentar un poco el resultado de este experimento, por lo que saltate el siguiente troncho si solo vienes a por la reseña.
Antes de entrar a la reseña, si me gustaría dejar plasmadas mis impresiones sobre Libreando: en general, un poco decepcionante. Yo pagué la opción “Libreando Black”, que incluía, entre otras cosas, dos libros, una vela y varios marcapáginas. Al pagar la opción sin permanencia, el importe fue de unos 35 € (si pagas una permanencia de un año, el precio es el que usan en anuncios, 25 €). El cuestionario que completas cuando te suscribes al servicio incluye preguntas centradas en libros (autor favorito, genero favorito, libros favoritos) pero también preguntas más generales destinadas a revelar información sobre tu personalidad (define la libertad, pizza con o sin piña, cuenta tu historia, etc.). Uno de los defectos que le vi al sistema es que no me preguntan nada sobre libros que ya tenga (aunque si es cierto que una pregunta sobre tu autor/es favoritos puede ser usada para este fin, asumiendo que una persona ya tiene libros de sus autores favoritos), lo que puede dar lugar a acumular libros duplicados. El segundo defecto que le veo a la plataforma es que, de una/s recomendadora/s literaria/s que asumo entendidas en diversos géneros, autores, etc., esperaría recomendaciones muy humanas y muy acertadas. Si en el campo “háblame sobre ti” digo que me gusta la música y que la escucho todo el tiempo porque me inspira escenas y sentimientos en mi cabeza, creo que es poco acertado recomendarme una enciclopedia de historia de la música llena de fechas y términos musicales que solo son familiares a la gente que estudia la música como disciplina. En su favor diré que el otro libro de este primer pack, «El Señor Penumbra y su librería 24 horas abierta» está muy bien y me gustó mucho, y puedo ver esa “especificidad” en la recomendación (el protagonista es una persona que también trabaja con ordenadores, curioso, etc.).
Volviendo al libro que nos atañe, «El ocho», seguido por la secuela «El fuego», fueron los libros que vinieron en mi segunda mensualidad de Libreando. La protagonista de estos dos libros, Catherine Velis, es una informática que, al principio de la historia es enviada a Argelia, como aparente castigo por desobedecer las ordenes de sus superiores en una Gran Empresa™ de Wall Street. Según la madeja de eventos se desenvuelve, Catherine descubre que todo lo que está pasando en su vida es en realidad la continuación de una “partida” de ajedrez que lleva jugándose en la vida real desde hace siglos, cuyo objetivo final es hacerse con el ajedrez de Montglane, un ajedrez de los tiempos de Carlomagno que encierra un gran poder, y que dará a su poseedor el poder de controlar el mundo o destruirlo. La historia de Catherine está enhebrada con la historia de Mireille, una monja de la ficticia abadía de Montglane (Francia) que, en el siglo XVIII, justo después de la Revolución Francesa y justo antes de que empiece el periodo llamado “El Terror”, descubre que el ajedrez de Montglane es real, que está enterrado en la abadía en la que vive y que ella y el resto de monjas tienen que sacarlo de ahí, pieza a pieza, para que no caiga en malas manos. Ambas historias avanzan al unísono, cada una en un distinto periodo de tiempo, por lo que aprendemos al mismo tiempo qué fue del ajedrez de mano de Mireille y dónde ha terminado de la mano de Catherine.
En primer lugar, hay que dejar claro que esta historia es ficción histórica. Si bien muchos de los personajes que aparecen en «El ocho» son figuras históricas reales (jugadores de ajedrez como Bobby Fischer que aparecen con otro nombre, o personajes históricos como Charles Maurice de Talleyrand, Madame de Staël, Isaac Newton, Voltaire, Maximilien Robespierre, Napoleon, etc.), sus interacciones con otros personajes o sus inclinaciones hacia lo místico/mágico son ficción. Igualmente, la autora usa como recursos algunas figuras mitológicas como la diosa fenicia Car (de la que existe poca información en Internet (1) (2), menos aún contrastada) y otras creencias del folclore africano y la religión bereber (si bien muchas son muy difíciles de contrastar debido a los posteriores sincretismos entre la mitología griega y la africana en las costas mediterráneas).
En términos de fantasía, se habla siempre de las propiedades mágico-místicas del ajedrez de Montglane, pero estas propiedades tardan mucho en revelarse. Sin entrar en spoilers (para eso está el párrafo que encontrarás más adelante si lo deseas), estas propiedades son más bien las instrucciones de recetas alquímicas, que pueden ciertamente otorgar gran poder a su poseedor si es capaz de descifrarlas, todas ellas vinculadas siempre al símbolo del ocho.
Volviendo a la trama, reconozco que al principio se me hizo un poco lenta, porque la fórmula “existe un artefacto milenario superpoderoso pero que nadie sabe concretamente qué hace” no es especialmente novedosa, entonces el principio está plagado de todos los clichés típicos de estas obras: el Elegido™ no acepta que es el elegido, nadie puede explicar nada porque no hay tiempo, o porque “las paredes tienen oídos”, por lo que tenemos a un personaje dando tumbos a oscuras bastante tiempo hasta que finalmente nos revelan la información. No obstante, según se empieza a agitar el avispero en el argumento, lo hace también nuestro interés como lector.
A continuación, comentaré en dos párrafos distintos cuál es el secreto del ajedrez de Montglane: en un primer párrafo con spoilers mínimos y en un segundo párrafo final con más detalles, para los lectores más ávidos.
Ajedrez de Carlomagno, en el que se basa la autora para crear el de Montglane
La leyenda del ajedrez de Montglane nace en tiempos de Carlomagno, cuando los turcos regalan a Carlomagno un juego de ajedrez con un tablero que tiene algo más de un metro de lado y con piezas hábilmente labradas en oro y plata que representan los distintos trebejos del ajedrez: peones, alfiles, caballos, etc. Cuando este ajedrez es regalado a Carlomagno, casi se cobra su primera víctima, pues el tablero parece “absorber” a los dos contrincantes que, en un tono más bien jocoso, se estaban jugando la vida en una partida. Cuando el trance se rompe, Carlomagno manda ocultar el ajedrez, a sabida cuenta de que ha sentido algún tipo de “magia negra” mientras lo usaba. La leyenda del ajedrez crece a lo largo del tiempo, al que se le atribuyen propiedades mágicas que dan a su poseedor la capacidad de crear imperios o destruirlo. Con el tiempo, se revela que el ajedrez esconde una formula, si bien nadie sabe cómo, y aquel que la descifre se convertirá en un Dios.
Una de las cosas que más me ha gustado de este libro es como usa el lore del ajedrez para crear una historia mitológica: el concepto de que el ajedrez encierra en realidad un ritual místico en el cual un rey es asesinado y un “peón” es capaz de ascender a reina (figura poderosa casi divina) llegando al final del tablero. Resulta asimismo muy interesante también leer sobre Argelia y lugares como el parque Tassili n'Ajjer, un parque nacional al sur de Argelia lleno de paredes de piedra con algunas de las pinturas rupestres más antiguas de toda la humanidad. Además, es curioso leer estas cosas siendo que la propia autora es la protagonista de la historia: Katherine Neville es una experta informática que trabajo para IBM, ha sido vicepresidenta del Banco de América y ha trabajado en Argelia para el gobierno argelino. Katherine da también su propio nombre (Catherine) y su cumpleaños (4 de abril) a la protagonista.
En resumen, la obra avanza un poco lenta pero crea un caldo de cultivo perfecto para que desenvuelvan un montón de acontecimientos que enganchen al lector, si bien puede resultar un poco lento para los que nos gusta parar el libro para buscar información sobre el hecho o personaje histórico que haya aparecido en cada momento.
Y ahora los spoilers, aviso.
Reculando atrás en el tiempo, el ajedrez de Montglane se remonta a genios matemáticos árabes como Ŷabir ibn Hayyan, presentado en el libro como Al-Jabir Al-Hayan. Este científico, que no se termina de decidir si existió como figura histórica real o no, parece ser que descubrió una serie de formulas que permitían a su conocedor «convertirse en un Dios». Una de estas formulas es para la solución alquímica que se conoce como piedra filosofal, que daría a su usuario poder sobre la vida y la muerte («¿Quién puede vivir para siempre y quien no?», «¿Quién se merece ser curado de todo mal y quien no?», «¿Quién es merecedor de riquezas y quien no?»). Asustado por el conocimiento que descubrió, escondió dicho conocimiento en las piezas, en el tablero y en el paño que acompañaba el ajedrez de Montglane. Solo un maestro ajedrecista que jugase en el orden adecuado y tuviese todos los componentes de esta formula podría acceder a este conocimiento. Y este es el conocimiento que buscan los personajes del libro, tanto para protegerlo como para usarlo en su beneficio.
Fin de los spoilers y de la reseña.
Ingeniero informático, intento de fotógrafo, sombra de escritor. Vividor de mil vidas. Meme expert, as well.
José María García García | Uses Font-Awesome and Bootstrap | Icons made by Freepik from www.flaticon.com is licensed by CC 3.0 BY