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Reseña de «Killing Stalking»

¿Puede ser que decidiera leerme este manhwa (comic coreano en palabras llanas) motivado únicamente por el ✨aesthetics✨ de este tipo de videos que empezaron a circular por Tik Tok? Puede ser.

Antes de empezar a leerme este manhwa, lo único que sabía era que tenía unos tintes de terror (asumí psicológico por la estética de los videos que vi y por la imagen que podía ver en la portada del primer volumen) y que tenía algo que ver con la canción «Killing me softly with this song», y no me busqué más información.

«Killing Stalking» es un comic coreano que fue publicado originalmente en la plataforma Lezhin, una plataforma en la que se publica manga tanto gratuito como de pago. En el caso de «Killing Stalking», esta obra está formada por 67 capítulos de pago, costando cada uno 4 monedas (1 dólar), siendo esta moneda interna el método de pago dentro de Lezhin, y adquiriéndose estas monedas a través de pagos con dinero real. Leer «Killing Stalking» costaría 67 dólares (≈57.6 €), pero dado que las monedas se adquieren en packs en los cuales se abarata el precio de la moneda cuantas más compremos, puede leerse al completo por unos 50 €. Otra alternativa en España es la editorial Milky Way Ediciones, que ofrece estos capítulos divididos en cuatro volúmenes de 10 €, siendo esta una alternativa más económica.

Todo el hilo argumental de «Killing Stalking» gira en torno a las relaciones tóxicas, las enfermedades mentales y los traumas infantiles, y en cómo estos modelan o afectan al desarrollo de las personas. Por supuesto, esto no es algo que se trate directamente, sino que son los topics que nosotros como lectores podemos identificar.

El comic nos da la bienvenida al mundo a través de los ojos de Yoon Bum. Bum es un chico tímido, introvertido y muy delgado, que parece estar obsesionado con Oh Sangwoo, un chico unos años menor que él que le ayudó una vez mientras ambos hacían su servicio militar.

Oh Sangwoo

La obsesión de Yoon Bum es enfermiza, y es que en las primeras páginas del comic nos informan de que Yoon Bum padece Trastorno Límite de la Personalidad, trastorno caracterizado por síntomas como «esfuerzos para evitar el abandono real o imaginario», «comportamientos impulsivos» o «un patrón de relaciones intensas e inestables con familiares, amigos y seres queridos, que en general cambia de la cercanía y amor extremos (idealización) a una aversión o ira extremas (devaluación)» (National Institute of Mental Health, Web). Si bien no se vuelve a mencionar en toda la trama, estos síntomas son omnipresentes en todas las acciones de Yoon Bum, hasta el punto en que resulta difícil entender por qué hace ciertas cosas.

Esta obsesión lleva a Yoon Bum a colarse en casa de Oh Sangwoo cuando no está, para poder estudiar cómo es su vida como una forma de acercarse a él. Sin embargo, Sangwoo llega a casa antes de lo previsto y Bum, para esconderse, acaba llegando al sótano de la casa. En lugar de encontrar cajas y oscuridad, Bum se encuentra a una chica desnuda, con un antifaz, atada y amordazada. El grito de sorpresa de Bum llama la atención de Sangwoo, que baja con un bate de beisbol dispuesto a dar muerte al intruso que ha descubierto su secreto. Bum, asustado por esta reacción de un Sangwoo que no conoce, se declara en ese momento, buscando el perdón de Sangwoo por haberse colado en su casa. Divertido por la situación, Sangwoo decide que Bum va a sustituir a la chica, aun viva, del sótano, por lo que le rompe las dos piernas para que no pueda escapar, situación que constituye un guiño a Misery.

Durante los próximos meses, Sangwoo torturará a Bum física y psicológicamente, vistiéndolo como una chica usando ropa de su madre, correspondiendo sus sentimientos con pequeños actos de amabilidad, pero obligándole a ser una especie de sirvienta, amenazándolo con matarlo si no obedece, realizando pruebas para comprobar su lealtad.

Quizás lealtad no sea la palabra, pero lo que sí que es cierto es que Bum no quiere escapar del todo. Dividido entre el terror a enfadar a Sangwoo y el amor desquiciado que siente por él y que cree que Sangwoo corresponde completamente debido a pequeños gestos que ha tenido, la primera ver que Bum tiene la oportunidad de escapar le lleva horas arrastrarse por el único pasillo que separa la cocina de la calle, divido entre sus sentimientos.

A partir de cierto momento, la relación de estos dos personajes empieza a evolucionar, dando la sensación de que secuestrador y secuestrado padecen los síndromes de Lima y Estocolmo respectivamente: sentirse atraído por la víctima y por el secuestrador respectivamente. Esto llega a un punto en el que Sangwoo involucra a Bum en sus «juegos» con gente que lleva a su sótano, si bien esto repugna totalmente a Bum, pero no lo suficiente como para querer escapar. Esta evolución tiene lugar también en el plano sexual de la relación, siendo la gran ansia de Bum casi lo único que amedrenta un poco a Sangwoo.

Por suerte, también hay fuerzas en la trama que buscan demostrar que Sangwoo no es tan inocente como parece, y es que el oficial Yang Seungbae no confía en Sangwoo y en su aparente fachada de chico encantador, por lo que investiga por su cuenta, incluso con su jefe en su contra, las desapariciones de las personas que Sangwoo ha matado y con las que no hay aparente relación.

Y hasta aquí puedo leer sin destripar más la obra.

Una de las cosas que me apena un poco de toda esta historia es que teniendo una gran calidad, tanto gráfica como narrativa, sobre el maltrato, las relaciones tóxicas y el abuso infantil (entre otras ideas que podemos encontrar en las página de este manhwa), el público más juvenil ha desechado todo eso y ha tomado esta historia como una historia romántica entre dos chicos, con un chico muy sumiso que idolatra a un chico que, usando la jerga popular, está roto por dentro

Una de las escenas que ha reforzado ese concepto de pareja conflictiva

El público decide olvidar o ignorar todo el mal que Sangwoo ha infligido a Bum por diversión y los convierte en una pareja de ensueño basándose en unas pocas escenas en las que los protagonistas actúan como una pareja de verdad.

Otro de los temas centrales que podemos encontrar en «Killing Stalking» es la infancia como proceso de formación del individuo, y en como una perversión o retorcimiento de la misma puede afectar al mismo. 

Sin entrar en muchos detalles, ambos personajes sufrieron abusos sexuales por parte de figuras adultas en las que confiaban, lo que afecta profundamente a la forma en la que se desarrollan los personajes y modela el vacío que cada personaje intenta llenar con el otro. De hecho, las respectivas personalidades de los protagonistas están modeladas teniendo en cuenta las secuelas reales que provoca el abuso sexual en menores, incluyendo estas los trastornos que padecen Bum y Sangwoo, como el Trastorno Límite de Personalidad o el Trastorno Bipolar (Pereda, Noemi, «Consecuencias psicológicas a largo plazo del abuso sexual infantil», Artículo).

Sinceramente, solo el tema de cómo sus respectivos problemas dentro de la unidad familiar han dado forma a sus personalidades merece muchos párrafos de estudio, pero estos requerirían también destripar la historia casi en su totalidad.

En líneas generales, Koogi ha conseguido desarrollar una historia en la que el lector acaba sintiendo la asfixia que el conflicto interno provoca a Bum, la vulnerabilidad que este siente cuando Sangwoo lo desnuda o lo deja en ropa interior, una historia en la que las imágenes, las escenas, pueden llegar a ser tan macabras o tan crudas que sentimos una presión en el estómago similar a la que probablemente siente Bum en algunos momentos. Me parece un poco triste que parte del público lo haya reducido a un comic romántico con gore sobre un chico dominante y un chico más sumiso, pero eso no debería desmerecer los temas tan poco habituales que esta historia trata. Sí, puede parecer que los personajes caen en el estereotipo de «estar rotos» sin más, pero todo tiene un por qué y todo está perfectamente justificado, cosa que otras historias no nos ofrecen, y creo que es algo que merece la pena poner en valor.  

Sobre esas mismas palabras, también considero que no es una historia para todo el mundo, puesto que puede resultar asfixiante en algunos puntos debido en parte a lo cruda que puede llegar a ser, sobre todo en parte por la crueldad que Sangwoo llega a demostrar. Si bien las escenas de sexo están censuradas, las escenas más gore no escatiman en detalles, lo que puede herir la sensibilidad de algunos lectores. De todas formas, si te gusta en general el horror y el thriller psicológico, si que deberías darle una oportunidad a esta historia.



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José María García García | Uses Font-Awesome and Bootstrap | Icons made by Freepik from www.flaticon.com is licensed by CC 3.0 BY